« Yo soy el padre de Petra »[1]. Es así como Lydia, jefa de la prestigiosa orquesta sinfónica de Berlín se presenta al niño que acosa a su hija, Lydia amenaza a este último de manera obscena.
En este film de Todd Fields, el personaje principal interpretado por Cate Blanchet encarna una figura femenina compleja que interpreta nuestro mundo contemporáneo desde el punto de vista de los discursos sobre el patriarcado y del wokismo. Lydia Tár es una mujer en posición de poder, que usa y abusa, exigiendo a que la llamen « maestro ». En el inicio de la película se la muestra brillante, en el estrellato, llegando allí donde pocas mujeres llegan. Además, ella vive su vida amorosa homosexual abiertamente mientras refuta violentamente el discurso woke en una escena en la cual ella enfrenta a un joven hombre que rechaza tocar Bach.
Una mujer, como un hombre, puede gozar de la mala manera del poder que un lugar de excepción le da. Dentro de las críticas al patriarcado, los hombres son puestos en causa, acusados de ser favorecidos por el sistema, en detrimento de las mujeres. « El término de patriarcado contiene en sí mismo lo que denuncia. Con él, no solo se trata de una problemática de autoridad del padre – legítima o no – ni de deshacerse de un poder de protección. No se trata solamente de rebelarse contra una ley demasiado represiva y contra una prohibición. Se trata de otra cosa. Se trata de denunciar un abuso de poder »[2]. El hecho de que Lydia sea una mujer en esta película nos permite interrogar esto. ¿ Sería que ella está en position masculina, incluso de padre, que Lydia, como haría un hombre, termina abusando de su poder ? ¿ O es más bien que esto es inherente al efecto de poder sobre los seres hablantes más allá de su position sexuada ? El goce y el padre son temas centrales en psicoanálisis. Lacan mostró la cara de goce del padre, reverso del padre del viejo mundo que, él, pacifica. Este padre gozador, encarnado aquí por Lydia, es un efecto de retorno de cara al borramiento del Nombre-del-Padre, un retorno real, como lo muestra el aumento de numerosas figuras autoritarias a la cabeza de muchos países.
Pero nos encontramos en el momento de la denuncia del abuso. Por ello, « todo cambio de discurso opera entonces en el lazo social ya que el discurso ciñe lo real, estructura el lenguaje y asigna a cada uno un lugar en relación con el otro »[3]. Lydia lo hace violentamente.
La primera escena de la película muestra un celular que la filma, con comentarios burlones. Ella está desde el inicio en la línea de mira, vigilada por una mirada anónima. Esto anuncia su caída vertiginosa a raíz de la denuncia presentada contra ella por acoso, luego del suicidio de una joven mujer que trabajó con ella. Los videos editados de manera sesgada circulan. Lydia es insultada en las redes sociales, el invisible cuerpo social que juzga se pone en acción. El interés de esta película es también de poner en escena el poder que pasa del otro lado, una suerte de superyó tan gozador que se encarna en la figura del Otro, tal como Jaques-Alain Miller indica de la función política[4]. De la luz brillante del mundo occidental, Lydia naufraga en la penumbra, habiendo perdido todo.
Referencias del autor:
[1] Field T., Tár, drama psicológico, Estados unidos, Alemania, Estándar Film Company, EMJAG Productions, 2022.
[2] Leguil C., « Una interpretación de la crítica del patriarcado », Nobodaddy, Blog Pipol 11, 17 de marzo 2023.
[3] Berkane-Goumet S., « El discurso woke, ¿ una nueva relación ? », Nobodaddy, Blog Pipol 11, 26 de febrero 2023.
[4] Miller J.-A.,« L’orientation lacanienne. Jalons dans l’enseignement de Lacan », enseñanza pronunciada en el Départamento de Psicoanálisis de la Universidad Paris 8, clase del 14 de abril 1982, inédito.
Traducción : Ceci Scovena
Relectura : Rosana Montani-Sedoud
Fotografía : © Nathalie Crame