El triunfo del Padre – Armelle Guivarch

© Elena Madera

Al Padre aún le queda mucho y muchos días buenos. Como analista y como mujer, junto con otros, lo lamentamos.

La película Joyland del joven director pakistaní Saim Sadiq, es un ejemplo crudo y cruel de ello : un patriarca gobierna la casa donde viven sus dos hijos con sus esposas y los hijos del mayor. La religión está poco presente, pero se adivina en las prescripciones del anciano padre que sabe lo que es un hombre, una mujer, o al menos los roles que él y ella deben desempeñar. Las mujeres pagarán el precio más alto cuando un grano de arena y de belleza desregule la máquina bastante bien aceitada : el menor, que no puede vivir su homosexualidad, se enamora de una joven y bella transgénero.

En una entrevista a Télérama, el director nos dice que « Pakistán se basa en un sistema muy patriarcal. Pero también es paradójicamente un lugar donde las mujeres trans son muy visibles y muy importantes… »[1] Son muy visibles, porque mendigan. Su película también nos cuenta que se prostituyen y arriesgan sus vidas. No es tan paradójico.

Nuestros periódicos lo anuncian así : « el patriarcado suplantado por el amor, en Lahore »[2], « conmovedor drama familiar que deconstruye el mito patriarcal tal como prevalece en Oriente aún más que en Occidente »[3].

Es más bien el triunfo mortal del Padre.

En la primera de las dos conferencias pronunciadas en Bruselas en marzo de 1960[4], Lacan dice que Freud nunca se desprendió del Padre. Lo entiendo : hasta el punto de hacer de él una religión.

Luego, Lacan tiene esta frase : « El ocaso del complejo de Edipo es el duelo por el Padre, pero conduce en definitiva a una secuela duradera : la identificación llamada superyó. »[5]

Catorce años más tarde, en Roma, Lacan nos dice que los psicoanalistas se ocupan de lo real, del síntoma, es decir, « lo que no anda »[6].

Pero la religión triunfará. « No solo triunfará sobre el psicoanálisis, también lo hará sobre un montón de otras cosas. Ni siquiera se puede imaginar lo poderosa que es la religión. »[7] La humanidad será curada del psicoanálisis no por la ciencia, sino por el sentido religioso. « Para eso fue pensada la religión, para curar a los hombres, es decir, para que no se den cuenta de lo que no anda. »[8]

Lacan ve en ello una consecuencia de la extensión de lo real de la ciencia y de los cambios que produce. Sus rápidos avances técnicos en la trans-formación de los cuerpos son uno de ellos, y Joyland lo ilustra muy bien. El retorno del Padre es aún más feroz, y la libertad se paga con el precio de la vida.

En cuanto a nosotros, creemos, después de Lacan, en la perversión del padre. « Freud había mostrado la raíz de la ilusión religiosa en la función del padre y Lacan, por el contrario, marca el espejismo divino que es propiamente mortífero o psicotizante cuando es soportado por el padre. La père-version paterna es precisamente que el deseo del padre esté ligado a una mujer entre todas – es decir una mujer como única. »[9]

[1] Besse C., « Saim Sadiq, réalisateur de “Joyland” : “Au Pakistan, les femmes trans sont très visibles et très importantes” » (Saim Sadiq, director de “Joyland” : “En Pakistán las mujeres trans son muy visibles y muy importante”), Télérama, 25 de mayo de 2022, disponible en internet. [Traducción libre del traductor]
[2] Cauhapé V., « Dans “Joyland”, Saim Sadiq envoie valser le système patriarcal pakistanais » (En “Joyland, Saim Sadiq manda a bailar el vals al sistema patriarcal pakistaní), Le Monde, 28 de diciembre de 2022, disponible en internet. [Traducción libre del traductor]
[3] Campion A., « Avec “Joyland”, le Pakistanais Saim Sadiq signe un premier film fascinant dont la vedette est transgenre » (Con “Joyland”, el pakistaní Saim Sadiq firma una primera película fascinante donde la vedette es transgénero), Le Journal du Dimanche, 27 de diciembre de 2022, disponible en internet. [Traducción libre del traductor]
[4] Cf. Lacan J., « Discurso a los católicos », El triunfo de la religión precedido de Discurso a los católicos, Buenos Aires, Paidós, 2006, p. 11-66.
[5] Ibid., p. 38.
[6] Lacan J., « El triunfo de la religión», El triunfo de la religión precedido de Discurso a los católicos, op. cit., p. 76.
[7] Ibid., p. 78.
[8] Ibid., p. 86.
[9] Miller J.-A., « La orientación lacaniana. El Uno solo », enseñanza pronunciada en el marco del departamento de psicoanálisis de la Universidad Paris 8, clase del 6 de abril de 2011, inédito. [Traducción libre del traductor]

Traducción : Fernando Gabriel Centeno
Relectura : Giulana Casagrande

Fotografía : © Elena Madera