Los niños del siglo –Sylvie Mothiron

rhdr

Ya 1938, en « Los complejos familiares en la formación del individuo »[1], Lacan anunciaba el declive de los ideales y de la función paterna. En una alocución pronunciada en Estrasburgo en 1968, precisa « que, en nuestra época, la huella, la cicatriz de la evaporación del padre, es lo que podríamos poner bajo la rúbrica y el título general de la segregación »[2] que de hecho inaugura una fragmentación del discurso y debilita la excepción paterna en su carácter universal del padre que encarna la ley.

A la verticalidad del Nombre-del-Padre le sucede una serie horizontal de la pluralidad de discursos que, a pesar de ser innovadores, chocan entre sí y socavan la supremacía del discurso del Nombre-del-Padre, que hasta entonces se había mantenido a salvo.

Se revela entonces la inconsistencia del Otro y de sus semblantes, que poco a poco borra garantías y certezas, desdibuja las fronteras, las categorías y muestra su incapacidad para ordenar en alguna medida la complejidad de lo real.

Jacques-Alain Miller nos recuerda que en referencia a la primera enseñanza de Lacan : « se enseña a Lacan como aquel que logro extraer de Freud la universalidad de la función paterna »[3].

Con la pluralización de los Nombres-del-Padre en 1963, Lacan abre otra vía. Distingue el nombre de la función y subraya que esta última ya no es exclusivamente el privilegio del padre, sino que ella también puede ser encarnada por otras figuras sustitutivas, significante o nombre, capaces de asegurar la misma función[4].

Más allá del Nombre-del-Padre, de la pluralización de los Nombres-del-Padre, hoy en día corresponde a veces a cada uno construirse para sí mismo, sus propios puntos de referencia para hacerse un nombre.

Incluso si el discurso del Nombre-del-Padre llamado tradicional sigue siendo operativo, pierde su brillo, ya no ofrece las mismas garantías y ya no es suficiente para metaforizar ese goce de un sujeto desorientado, acorralado por los objetos del siglo que toman el control, se encuentran en el lugar del amo y presionan para que la relación sexual exista.

Los efectos en la clínica son elocuentes – tal como lo prevé Lacan –, e implican que para encontrar al sujeto en su unicidad que es también su condición de existencia, es necesario seguramente, como indica J.-A. Miller, « recusar en nombre de esta singularidad al singular universalizador del padre »[5]. Atrapar para cada Uno el anudamiento singular del goce irreductible que lo constituye en lo que es, en lo que ha inventado de inédito y original para sí mismo, que le permite sostenerse en el mundo.

Es a partir de este ajuste de la función paterna, tan singular y distinto de cualquier otro, que el sujeto se sostiene en la organización de su relación con el mundo, que se trata de percibir. Captar más allá del Nombre-del-Padre en la diversidad de su pluralización, lo que para un sujeto hace función de Nombre-del-Padre que le permite por otro lado, prescindir de él y « borrar el saber que tomamos de lo universal »[6].

¿ No es ésta una brújula que Lacan nos da en su última enseñanza, que nos permite no sólo orientarnos en la clínica actual, sino también encontrar singularmente los niños del siglo, carentes de ideales ?

Referencias del autor :
[1] Lacan J., « Los complejos familiares en la formación del individuo », Otros escritos, Buenos Aires, Paidós. 2012, p. 33-96.
[2] Intervención sobre la exposición de la Sra. de Certeau, « Lo que Freud hace de la historia. Nota a propósito de Una neurosis demoníaca en el siglo XVII », en el Congreso de Strasbourg, el 12 de octubre del 1968, publicada en Lettres de l´École freudienne, 1969, n°7, p. 84.
[3] Miller J.-A., « La orientación lacaniana. El Uno solo », enseñanza pronunciada en el marco del departamento de psicoanálisis de la Universidad Paris 8, clase del 4 de mayo de 2011, inédito. [La traducción es nuestra]
[4] Cf. Lacan J., « Introduction aux Noms-du-Père », Des Noms-du-Père, texte établi par J.-A. Miller, Paris, Seuil, 2005, p. 65-104 & 4e de couverture.
[5] Miller J.-A., « La orientación lacaniana. El Uno solo », enseñanza pronunciada en el marco del departamento de psicoanálisis de la Universidad Paris 8, clase del 4 de mayo de 2011, inédito. [La traducción es nuestra]
[6] Ibid.

Traducción : Fernando Gabriel Centeno
Relectura : Katia Alvarez Soto

Fotografía : © LER