La vía del plus-de-goceFabian Fajnwaks

Interesarse por las enfermedades del padre implica abordarlas a partir de su relación con el plus-de-goce, tal como lo define Lacan en su última enseñanza. La excepción que tiene que encarnar no sólo se sostiene en su estatuto simbólico de decir no al goce tal y como ya lo articulaba el Nombre-del-Padre, sino en su père-versión y sus síntomas. Para comenzar, apreciemos la hazaña subversiva que Lacan permite operar en torno a esta función, al ser el primero en introducir en psicoanálisis la proposición de una formalización del padre del Edipo. Por primera vez en la historia del psicoanálisis, el padre se define a partir de su relación con el plus-de-goce, lo cual es completamente inédito. Esto lleva a Lacan a enunciar que « poco importa que [el padre] tenga síntomas, si añade a ellos el de la père-versión paterna, es decir que su causa sea una mujer »[1]. Este abordaje del padre desde el lado de los síntomas de su función bastaría por sí sola para echar por tierra cualquier sospecha de que el psicoanálisis lacaniano contribuye a la persistencia del orden patriarcal, a su legitimación, tal como Paul B. Preciado[2] , Didier Eribon[3] – por citar sólo a los autores más conocidos – así lo afirman. Jacques-Alain Miller lo ha señalado en numerosas ocasiones : ¡ la revolución sobre la función paterna que reclaman los autores queer en su revisión de los textos de los años setenta – Deleuze y Guattari y los ensayos freudomarxistas –, fue el propio Jacques Lacan quien la operó ! Al indicar que « nada peor que el padre que profiere la ley sobre todo. No hay padre educador sobre todo, sino más bien rezagado respecto de todos los magisterios »[4], Lacan indica no sólo la imposibilidad estructural de que nadie (porque hoy es legal y socialmente aceptado que la función paterna esté abierta a todos) esté a la altura de la función, sino sobre todo que este padre no sólo tendría « derecho al respeto, sino al amor, si dicho amor, dicho respeto […] está père-versamente orientado »[5], es decir, si se orienta por lo que hace plus-de-goce para él.

Con esta perspectiva, Lacan tenía un adelanto enorme sobre las mutaciones de la sociedad al situar la excepción paterna del lado de quien épate[6] su familia, en lugar del pater familias : « Se interrogó mucho la función del pater familias. Habría que centrar mejor lo que podemos exigir de la función del padre. Con esa historia de la carencia paterna, ¡cómo se regodean! Hay una crisis, es un hecho, no es totalmente falso. En síntesis, el é-pater ya no nos impacta. Esa es la única función verdaderamente decisiva del padre.»[7] « Épater – como explica Éric Laurent – es a la vez producir una especie de admiración, causar una impresión, pero sobre todo, jugando con el término pater en latín, es dar un paso al costado del ideal del pater familias. Es una operación por la que se trata de producir un efecto particular, que consiste en mantenerse a distancia de la creencia según la cual un padre puede ser “para todos” »[8]. Es en este nivel donde se puede medir el real de la función paterna, y captar allí su plus-de-goce. Lacan lo señala en su conferencia en la Universidad de Columbia cuando dice, también de manera inédita, que « El padre es una función que se refiere a lo real, y no es forzosamente lo verdadero de lo real. Esto no impide que lo real del padre sea absolutamente fundamental en el análisis. El modo de existencia del padre se sostiene en lo real. Es el único caso en que lo real es más fuerte que lo verdadero »[9]. Lo real del padre debe situarse entonces del lado de su père-versión, en la medida en que ella indica a cada miembro de la familia que es del lado de un goce limitado al plus-de-goce que debe referirse, más allá de los síntomas propios de cada uno.

Uno de los síntomas de nuestra civilización es la dificultad de mantener el lugar de la excepción paterna que permitía fundar lo universal, tal como lo escriben las fórmulas de la sexuación del Seminario Aún. Lo universal ya no se sostiene ; y el mundo de la Ley ha sido sustituido por el mundo más borroso de las normas. Cada uno es libre de encarnar una excepción según la lógica femenina articulando un modo de gozar, un lifestyle singular : el problema de esta perspectiva es que se casa tan bien con el mandato de goce que caracteriza nuestra época, sin dejar ningún margen, ningún resto siquiera, al deseo : ser uno de sus vectores. El éxito de los libros que alaban al hombre deconstruido o el modo en que el orden patriarcal sabotea las relaciones heterosexuales puede leerse desde esta perspectiva. No se trata de abogar por un retorno al antiguo orden en el que aún sabíamos lo que eran los hombres, a la manera de los movimientos masculinistas o los Incels, sino de reenviar a cada ser hablante a identificar su modo singular de goce y a hacer uso de él. En cuanto a los padres, se trata de poder encarnar el modelo de la función : É. Laurent explica cómo un padre consigue ser un modelo de la función : « Ser un padre es ser uno de los modelos de realización, uno de los valores (abcd) de la función P(x). Entonces decir : “el padre en tanto que agente de castración sólo puede ser el modelo de la función”, es decir que el acceso que Lacan elige a la cuestión del padre es el del uno por uno de los que han devenido padre. »[10]

Entre las enfermedades del padre, podemos situar en uno de los extremos del espectro, al padre educador, el que no debe serlo, a riesgo de convertirse en el padre del presidente Schreber, y en el extremo opuesto, al padre tóxico, el que hace de sus hijos un objeto de goce. El problema del incesto, del que todos los estudios en ciencias humanas nos dicen que está tan presente en las familias contemporáneas, está igualmente presente en el desarrollo que ha experimentado en las últimas décadas en la literatura. Hay una novedad con respecto a las tragedias clásicas, en las que el incesto estaba también en primer plano : se trata de testimonios autoficcionales que permiten tratar lo real de la irrupción que el trauma produce en la vida del sujeto. A veces basta con que un padre se deje llevar por un comentario sobre el cuerpo de su hija -comentario que puede ser escuchado por un tercero y comunicado al sujeto- para que este dicho adquiera el valor de un dicho traumático.

También está el padre « compañero de juego » evocado por É. Laurent, a la manera del padre de Juanito, síntoma-pionero del supuesto orden patriarcal ya a principios del siglo XX. El padre permisivo hace serie como padre compañero en el consumo de productos diversos y variados que, por su posición, confiesa su impotencia para frenar el goce. Los efectos de esta renuncia se hacen sentir de forma duradera en los niños a través de diversos síntomas. Podríamos añadir a esto la renuncia del padre, tan absorbido por el goce de sus propios síntomas que se vuelve incapaz de indicar la vía para « ayudar a los miembros de su familia a decir no al goce en su aspecto mortífero y a decir algo sobre un goce que sea viable »[11]. Y nuestra época no deja de proponer, con sus innumerables gadgets, objetos plus-de-goce que pueden desviar a un padre de un « decir no al goce ». Desde este punto de vista, la père-versión aparece casi como un desafío, no sólo como freno al empuje-a-gozar contemporáneo, sino como su verdadera subversión.

Traducción : Fernando Centeno
Relectura :Micaela Frattura

Fotografía: ©Emilie Divet

[1] Lacan J., El Seminario, libro XXII, « RSI », clase del 21 de enero de 1975, inédito.
[2] Preciado P. B., Soy un monstruo que os habla: Informe para una academia de psicoanalistas, Barcelona, Anagrama, 2020.
[3] Eribon D., Herejías: ensayos sobre la teoría de la sexualidad, Barcelona, Belaterra, 2004.
[4] Lacan J., El Seminario, libro XXII, « RSI », op. cit., p. 108.
[5] Ibid, p. 107.
[6] N.d.T. : Lacan juega con el equívoco entre las palabras « pater » y « épater », sorprender, impactar.
[7] Lacan J., El Seminario, libro XIX, …o peor, texto establecido por J.-A. Miller, Buenos Aires, Paidós, 2012, p. 204.
[8] Laurent É., « Parentalités après le patriarcat » [Parentalidades después del patriarcado]. Disponible en Internet : https://institut-enfant.fr/zappeur-jie7/parentalites-apres-le-patriarcat/ (N.d.T. : texto inédito en español, traducción libre del traductor).
[9] Lacan J., « Conferencias y charlas en las universidades norteamericanas », inédito
[10] Laurent É., « Parentalités après le patriarcat » [Parentalidades después del patriarcado], op. cit.
[11] Ibid.