« En la era del Otro que no existe, los goces ya no se ordenan de la misma manera. A falta de localizarse en un Otro, se observa una adhesión a comunidades de goce, cada una fundada en un modo de goce particular. El sujeto solitario, incluso desorientado, encuentra en ocasiones una identidad »[1]. Estas « comunidades de solitarios »[2] ya no soportan ninguna prohibición interpretada como manifestación autoritaria. Todas las formas de autoridad están asociadas a un poder de dominación viril sostenido por un padre siempre sospechado de abuso[3]. Sin embargo « hacer del padre el único blanco de las críticas contra el autoritarismo del poder político [es] derribar al amo del momento para instalar, sin saberlo, otro amo en el poder, probablemente peor que el primero »[4]. Así, en la hora de los gender studies y del post #MeToo, un nuevo eslogan se hace escuchar – « ¡ Abajo el patriarcado ! » – un grito sin llamado. Detrás de este grito que recusa se escucha la extensión del dominio de los goces que ya no encuentran freno y que, finalmente, reinan como amos. Si la era contemporánea no puede más con el padre de las múltiples formas de dominación y de abuso, es olvidar que « el modo de existencia del padre se sostiene en lo real »[5] – père-versión – abriendo a una limitación y una sintomatización posible, al uno por uno.
Detrás de la recusación de una figura imperativa, es « la reivindicación de un goce supuestamente legítimo a lo que aspira el sujeto »[6]. Si Lacan pudo hacer del Nombre-del-Padre el operador de regulación del goce, hoy, en la época de « la evaporación del padre », se anudan de otro modo las exigencias de la pulsión con el cuerpo del Otro. « En el extravío de nuestro goce, [sin embargo] solo el Otro lo sitúa, pero es en la medida en que estamos separados de él. »[7] Hoy, hay malestar en la separación, operación que permite por una parte producir el sujeto del inconsciente y por otra articular el sujeto y el objeto. Negar o incluso rechazar la separación produce una búsqueda de satisfacción ilusoria y un aumento de las segregaciones. « El ideal aparece siempre presente en su exigencia, pero no [trata] más el goce »[8]. Deja al sujeto en manos del goce de los « Unos Solos ». El analista participa con su oferta y con su acto en civilizar el goce y producir el sujeto. Esta operación civilizadora apunta a rehabilitar una dialéctica, sostener una alteridad y reinsertar a cada uno en un lazo social que ya no existe, a condición de apoyarse en lo que hace la diferencia, o elevarla a una mayor dignidad : trabajar para remodelar « la separación del Uno del cuerpo que goza solo y del Otro que habla »[9].
[1] Girard H., « L’égarement de notre jouissance » (El extravío de nuestro goce), Hebdo Blog, n°236, 2 de mayo de 2021, disponible en internet.
[2] Quignard P., Sobre la idea de una comunidad de solitarios, Barcelona, Pre-textos, 2018.
[3] Cf. Leguil C., « Actualité de la psychanalyse. Critique du monopole de la jouissance légitime » (Actualidad del psicoanálisis. Crítica del monopolio del goce legítimo », Studio Lacan, n°42, 28 de enero de 2023, disponible en internet : https://www.youtube.com/watch?v=qD-iwMv7z3A.
[4] Cosenza D., « Autoritarismos », Blog Nobodaddy de Pipol 11, texto de orientación posteado el 26 de febrero de 2023.
[5] Cf. Fajnwaks F., « La vía del plus-de-goce », Blog Nobodaddy de Pipol 11, texto de orientación posteado el 26 de febrero de 2023.
[6] Cf. Leguil C., op.cit.
[7] Lacan J., « Televisión », Otros escritos, Buenos Aires, Paidós, 2012, p. 560.
[8] Laurent É., Miller J.-A, « La orientación lacaniana. El Otro que no existe y sus comités de ética », Enseñanza pronunciada en el cuadro del departamento de psicoanálisis de la universidad Paris 8, curso del 4 de diciembre de 1996, p. 40, inédito. (Traducción libre del traductor)
[9] Cf. Sidon P., « Les substances de la jouissance : lectures du symptôme contemporain » (Las sustancias del goce : lecturas del síntoma contemporáneo), Enseñanza de la Escuela de la Causa Freudiana 2022-2023, curso del 4 de octubre de 2022, inédito. (Traducción libre del traductor)
Traducción : Fernando Gabriel Centeno
Relectura : Tomás Piotto
Fotografía: © Pierre Buisseret
