Una ficción moderna – Natacha Delaunay

© Valérie Locatelli – https://instagram.com/Locatellivalerie/?hl=fr

C’est pas grave[1] (No es para tanto), un cuento para niños publicado en 2022 (editado por primera vez en el 2010) comienza con un conejito que hace caer su taza de leche, y se echa a llorar. Papá conejo le responde sonriente, seguro : « ¡ No es para tanto, no es para tanto, no es para tanto ! » ; seca la leche derramada y vuelve a llenar la taza. Una serie de nuevos incidentes ocurren, en los cuales Conejito rompe su plato, tira un objeto y declara con la misma seguridad : « no es para tanto ! » delante de Papá conejo que se sorprende. Hasta el momento en que con un encendedor, quema la madriguera, y luego afirma de nuevo : « ¡ No es para tanto ! ». ¡ Esto es demasiado ! Papá conejo lo hecha de la casa. Conejito descubre una extraña madriguera que no es otra cosa que la boca de un lobo. Se encuentra en el estómago del lobo en compañía de una ranita, quien había sido tragada con su mesa y una vela. La vela se cae, el fuego se desata en el vientre del lobo, quien, presa de un ataque de tos, escupe a los animales. ¡ Conejito se cae, se lastima y llora ! En llantos, vuelve a ver a su papá que le dice : « ¡ No es para tanto ! ». Pero esta vez, es Conejito que le responde gritando : « ¡ Sí, es para tanto ! ».

¿ Quién no ha escuchado nunca a un niño retomar para sí el ¡ no es para tanto ! extraído del discurso del Otro familiar ? Esta ficción se apoya en la actualidad y nos revela, a su manera, una dimensión del malestar contemporáneo que la atraviesa.

La fórmula ¡ no es para tanto ! que atraviesa el texto, testimonia en primer lugar de un deseo de la figura que sostiene la del padre, de consolar al niño en llanto. Pero la frase es rápidamente retomada por este último en una escalada de travesuras y provocaciones, de la taza rota por casualidad al incendio desatado en la madriguera voluntariamente.

Esta ficción nos presenta un padre que se ocupa de su « famil »[2], con « aspectos excesivamente amables »[3], pero en dificultad cuando se trata de introducir una palabra que nombre y atempere los excesos de goce. Su « ¡ Fuera ! ¡ Sal de aquí !»  no introduce ningún límite. Estamos lejos de esta « mistagogia que hace [del padre] un tirano »[4], como el de los mitos freudianos. Pero la falta de nominación introduce otra forma de ferocidad que se traduce, en esta historia, por la precipitación de Conejito en la boca del lobo.

Subvirtiendo el ¡ no es para tanto !, que encarna la ideología contemporánea de la educación benevolente, nueva figura del superyó contemporáneo, esta ficción hace aparecer su reverso mortificante : el « empuje al goce » que ilustra muy bien este Conejito atrapado en la metonimia transgresiva.

El padre que consola, que repara, remplaza, seca las lágrimas, no es el padre que nombra…

Por otro lado, el fuego que se desata dos veces en la madriguera y en el estómago del lobo no nos pone en el camino de un : « padre, ¿ entonces no ves… »[5] « …que es para tanto ? ».

Porque quizás tenga que ser para tanto, en un punto, ¿ para que eso pueda no serlo ?

Introducir sin gravedad, pero no sin consecuencias estas preguntas ardientes, hete aquí el rol de la literatura infantil, lejos de la mordida de la ideología contemporánea sobre los padres exasperados[6].

Referencias del autor :
[1] Van Zeveren M., C’est pas grave, Paris, École des loisirs, 2022.
[2] Lacan J., El Seminario, libro 17, El reverso del psicoanálisis, texto establecido por J.-A. Miller, Buenos Aires, Paidós, 2008, p. 105.
[3] Ibid., p. 135.
[4] Ibid.
[5] Cf. Freud S., La Interpretación de los sueños, Cap. VII., Buenos Aires, Amorrortu Editores, 1996, p. 504.
[6] Cf. Parents exaspérés – enfants terribles, Título de la séptima jornada del Instituto del niño que tuvo lugar en Issy-les-Moulineaux, Francia, el 18 de marzo 2023.